Debido a mi bilinguïsmo, trabajo con muchos extranjeros de habla inglesa en España, en muchos casos con parejas y familias bi-culturales. Para mi es un privilegio poder tratar con personas de diferentes culturas. Pero mi trabajo con el paciente español e hispano-parlante no es distinto. Todos vivimos sometidos a un continuo proceso de adaptación a distintas situaciones vitales, y su superación requiere una estrategia similar, lo que cambia es la persona, su percepción y reacción a la situación. Parto de un enfoque positivo centrado en la solución del problema, de empatía y apoyo hacia mis pacientes, con protocolos específicos para el tratamiento de cada problema adaptado a la persona, sus circunstancias, su resistencia al cambio y su respuesta a la estrategia terapéutica.

Me apasiona mi trabajo porque cada persona implica un nuevo reto. La capacidad humana para cambiar y mejorar es inmensa, y tener la oportunidad de poder equipar a las personas con las herramientas necesarias para ayudarles a hacerlo es una gran satisfacción personal.